18 junio 2006

Tardes de domingo

Tarde de domingo. Sola en casa, tomando mi tercera taza de té rojo con vainilla después de recoger mi habitación y poner toda la ropa a lavar, previo vaciado de bolsillos.

En uno de ellos, una nota:

"Me costó tanto querer convertir todo ese amor que te di y no quisiste en odio, que sólo he podido quererte a medias.
Después de un año los días han vuelto a ser largos. Regresa el verano y con él tu fantasma de cuando me conociste, de cuando pasábamos noches hablando hasta que saliera el sol, de cuando esas tardes en el bar de siempre.
Y es que ya iba siendo hora de que tus promesas, tus cartas, tus llamadas pidiendo perdón, tus lágrimas y tus representaciones teatrales vacías fueran a parar a un papel para más tarde ser quemadas y olvidadas.
Ya era hora de que te mostraras tal cual eres. De que todo aquello que me echabas en cara escudándote en un 'yo nunca lo haría' saliera a la luz y resultara ser tu pan de cada día".


Audio: Elliott Smith - Son of Sam

6 comentarios:

Anónimo dijo...

por qué a todo lo así le queda tan bien elliott?

sergisonic dijo...

No, no. La experiencia de Elliot Smith es necesaria, diría yo.

Me has recordado el té rojo con vainilla, el té del monjo, que disfrutaba en La Central del Raval, y que ahora echo de menos.

Un petó.

Anónimo dijo...

Como ilusionan las promesas y como duelen cuando dejan de serlo...

Díaz San Miguel dijo...

El manifiesto me ha gustado, me gustan algunos de tus gustos y otros me sorprenden tras la declaración, pero oye, había un campaña publicitaria que decía eso de "disfruta de tus contradicciones".
Pero que eso, que gustan las cosas que escribes, localicé tu blog a través del de Marta Aliste.
Saludos y ánimo, aunque también me ha gustado ese comentario que te hacen por ahí, lo de que ayudan más los desánimos que los ánimos.
P.D. No entendí nada en Donnie Darko, o bueno, sí lo entendí, y por más que me lo recomendaron amigos desde Escocia…

paulina y marco dijo...

que buena frase esa de querer convertir todo el amor que uno da en odio y al final darse cuenta que solo se puede terminar queriendo amedias.
En todo caso, es mejor para el alma querer a medias que albergar odio.
En algún momento podrá ser solo un recuerdo, pero sin dolor ni odio.
Cariños

_crm_ dijo...

interesante nota

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