Apocalipsis I
Enviaría a la mierda mi chollo de trabajo, mi año estudiantil decente, hasta a tí y a mi familia, por irme bien lejos, sin dinero y sin nada, pero para no necesitarlo nunca, ni necesitar salir de compras, a la pelu, o a un ipod o ordenador nuevo con internet gratis para siempre.
Ayer sentí una mezcla de miedo, dolor, tristeza y vacío al hablar contigo. Ya no tenía ganas de estar allí, ni de planear cosas, ni de querer sentir esto. Y me engañé, y casi lloro por notar que esto se muere y no hago nada para tirar el salvavidas.
Y lo peor de todo es que no haré nada y, cuando pase y llegue todo, pensaré y me creeré que soy una desgraciada por todo lo que he conseguido, y por dejarte ir y haberte perdido, y quizá me tire de los pelos al verte feliz con otra que te valore, y no te de dolores de cabeza. Alguien que te vuelva a dar ganas de despertarte por las mañanas, de enviarle mensajes porque la echas de menos.. incluso alguien que, cuando estés mal, sepa animarte y no hacerte sentir peor aún.
Y esa persona no soy yo.
De verdad que me muero de ganas por serlo, pero las circunstancias no me permiten darte mi flotador porque sino me hundo yo. Y no es hundirme lo que quiera evitar, sino muchas otras cosas de las que aún ni tengo idea.
Vámonos este fin de semana lejos.
Dejémonos de ver.
Echémonos de menos.
No creo que sirva de nada.
Estoy vacía, desde hace tiempo.
Y yo sé que es difícil entenderme y quererme. Te avisé en su momento y tus ganas te podían, e incluso animaban, a demostrar que realmente podías.
Antes...
Ahora...
No quiero amigos, ni que me leáis ni me entendáis, ni me habléis sobre lo que acabo de escribir.
Sólo vomitar la mierda que tengo dentro para dar hueco a nueva mierda hasta acabar con toda.
Mierda.
No puede ser tan complicado.
Palillos en mis ojos para obligar a mis párpados a secarse, a estar abiertos, a ver lo que pasa a consecuencia de mi manera de ser, ver y hacer las cosas.
Y eso dolerá.
Ayer sentí una mezcla de miedo, dolor, tristeza y vacío al hablar contigo. Ya no tenía ganas de estar allí, ni de planear cosas, ni de querer sentir esto. Y me engañé, y casi lloro por notar que esto se muere y no hago nada para tirar el salvavidas.
Y lo peor de todo es que no haré nada y, cuando pase y llegue todo, pensaré y me creeré que soy una desgraciada por todo lo que he conseguido, y por dejarte ir y haberte perdido, y quizá me tire de los pelos al verte feliz con otra que te valore, y no te de dolores de cabeza. Alguien que te vuelva a dar ganas de despertarte por las mañanas, de enviarle mensajes porque la echas de menos.. incluso alguien que, cuando estés mal, sepa animarte y no hacerte sentir peor aún.
Y esa persona no soy yo.
De verdad que me muero de ganas por serlo, pero las circunstancias no me permiten darte mi flotador porque sino me hundo yo. Y no es hundirme lo que quiera evitar, sino muchas otras cosas de las que aún ni tengo idea.
Vámonos este fin de semana lejos.
Dejémonos de ver.
Echémonos de menos.
No creo que sirva de nada.
Estoy vacía, desde hace tiempo.
Y yo sé que es difícil entenderme y quererme. Te avisé en su momento y tus ganas te podían, e incluso animaban, a demostrar que realmente podías.
Antes...
Ahora...
No quiero amigos, ni que me leáis ni me entendáis, ni me habléis sobre lo que acabo de escribir.
Sólo vomitar la mierda que tengo dentro para dar hueco a nueva mierda hasta acabar con toda.
Mierda.
No puede ser tan complicado.
Palillos en mis ojos para obligar a mis párpados a secarse, a estar abiertos, a ver lo que pasa a consecuencia de mi manera de ser, ver y hacer las cosas.
Y eso dolerá.
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