28 octubre 2006

Recuerdos a la fuerza...

Una entrada, fugaz, para esta madrugada de sábado.

Me ha dolido que de los cientos de libros que tenía en la estantería, cayera precisamente el único en el que guardé tus fotos y, con ellas, mi alma...

.Amor tussique non celatur.



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25 octubre 2006

Reflejos

Pon esta triste canción...


Y así pasan los días monótonos, o eso pienso yo. Y un día miras atrás y te das cuenta de que aunque parece que todos hayan sido iguales no lo fueron, puesto que algo te hace sentir en el ambiente que no es así, y que ni hasta tu vida huele igual que hace unos meses, cuando lo que aún te duele aún tenía su lógica y no hacía tanto que había acontecido.

Y vuelves del trabajo pensando en ello, y en que te gustaría volver a tener a alguien esperándote en casa como antes. Alguien que te abrazara al meterte en la cama, cansad@ del día tan largo y pesado.

Te paras a escuchar cualquier canción y parece que esté hecha justamente para tí, para tu caso. Y te alivia saber que otros ya se han sentido igual.

Y llegas a tu portal, sacas las llaves, entras en el ascensor y te miras al espejo. Ves tu realidad, o lo que él refleja de ella. Y lo peor de todo: no te gusta.

Porque no tienes esperanzas de poder encontrar a alguien que consiga que tengas ganas de verle.
Porque, aunque te esfuerzas, no logras confiar en nadie.
Porque, aunque yo crea que hacemos especiales a las personas, y no éstas sean especiales de por sí, aún mantengo esa llamita que cree que en mi ciudad alguien se siente de la misma manera.
Porque.... ¿por qué?


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18 octubre 2006

Príncipes marrones...

Pon esa triste canción...




¿Dónde vas metida en ese viejo abrigo gris? Si nadie espera en la casa, ¿para qué llegar sin rumbo, aburrida, cansada de trabajar?

¿Dónde están los buenos amigos que nunca se iban a ir? ¿Los besos que por las noches te hacían volar? ¿Los labios que siempre decían sí?

Maldito Abril. Sólo viene a recordarte que ya no eres feliz.

¿Dónde vas? Cruzas, sin prisa, las calles de tu barrio gris. El príncipe azul fue marrón y no quiso llamar. Ahora, el espejo escupe toda la verdad.

¿Dónde están las noches sin pastillas para dormir? ¿Las penas que solo eran penas para los demás? ¿La colección de promesas por cumplir?

Maldito Abril...

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12 octubre 2006

¿Alguna vez...?


Pon esta triste canción...



¿Alguna vez habéis querido tanto a alguien que os duele ver cómo se va y deseáis que ésa no sea la última vez que le veis?

...Intentáis ser fuertes porque realmente estarán a un toque de teléfono pero oír su voz no será lo mismo...

¿Alguna vez habéis echado tanto de menos a alguien que no habéis podido dormir?
¿Y vuestros días y vuestras noches han empezado a parecer semanas de siete días?

Uno empieza a contar las horas que le quedan, el anticipo le hace sonreír...

¿Alguna vez habéis odiado a alguien con todas vuestras fuerzas y os habéis dado cuenta de que sólo os queréis creer que la odiáis por todo lo que os ha hecho pero que en realidad- en el fondo -no habéis aprendido a dejar de quererla?

Uno empieza a volverse loco...

¿Alguna vez...?

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09 octubre 2006

Puro carbón

Pon esa triste canción...



Creo que soy la mayor coleccionista nostálgica del mundo y parte del más allá. Papelitos, disquetes de 3 1/2, cd's, libretas, antiguas agendas, diarios escritos hasta el final, notitas de clase... Todo son pequeños detalles de mi vida que, al leer, recuerdo muy vagamente. Pero aquello pasó. Aquello me pasó a mí.

Vuelvo a sentir lo que sentía en esos momentos. En muchas ocasiones cosas horribles que creía que nunca superaría y dónde explicaba "Ojalá me ría de aquí unos años sobre esto, pero no lo creo, es lo peor que me ha pasado nunca..." Santa inocencia : )

Y aquí empiezo hoy.

Punto uno. "Me da miedo. Me da miedo acercarme a tí, porque puedes hacerme
daño. Me da miedo. Me da miedo mirarte a los ojos.. y no encontrarme nada".

Punto dos. Por mucho daño que nos hayan hecho no podemos ser tan orgullosos de negar a alguien que nos ayude si estamos mal. Yo no te pido que me perdones, solo que te de dejes ayudar".

Y aquí empiezo de verdad.

Me gustaría poder llamarle a las tantas de la noche para recordarle que le quiero.
Me gustaría poder estar callada a su lado sin sentirme incómoda.
Me encantaría que al despedirse de mí me diera un beso en la mejilla.
Me gustaría que supiera que no soy como las demás que le dijeron esto, pero que me tiene realmente para lo que necesite. Y sino que me ponga a prueba.
Si le fallo que me envíe a la mierda. Le dejo hacerlo.
Me gustaría que estar conmigo le aliviara.
Sería feliz si me hiciera rabiar para ver mi cara de niña mimada y reirse de mí.
Me dejaría sin palabras si llegara a saber algún día que nunca le trataría mal.
Que nunca le haría sufrir. Por nada. Ni por nadie.
Me gustaría ser su ángel de la guarda. Sin que lo supiera nadie.


Pero esto nunca va a poder ser, porque Él no es nadie. Y nunca ha existido.

En una época en la que las promesas sólo sirven para hacer más bonito un momento preciso y para que duelan al ser recordadas (y al ver que eran mentira posteriormente).

En una época en la que la gente no valora lo que tiene al lado y no está de parte del que le demuestra con acciones, sino del que le conviene (tenga o no razón, le quiera o no le quiera).

En una época en la que da igual hacer daño al de al lado si te quiere.. precisamente por eso, porque te quiere.. y te aprovechas de que por esa razón no vaya a enviarte a la mierda tan fácilmente como el desconocido que te conviene tener al lado en estos momentos.

En una época en la que estos corazones que quedan rotos no se valoran y que los rompan sólo sirve para que se infravaloren más y más y lleguen a la altura (bajo 0) de los mismos que los partieron...

Hay tantas cosas que decir sobre esta época...

Yo confío en que los rotos lleguen a darse cuenta de lo mucho que valen.
Cuando algo es demasiado bueno es lógico que lo rechacen: demasiado peso...

Y es que, el diamante más caro del mundo, no es más que puro carbón...

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04 octubre 2006

Un euro el billete sencillo

Pon esa vieja canción...



STOP. ¿Qué hago ahora mismo en Madrid en una habitación demasiado grande para mí sola?
PLAY. Has pensado que tú, persona que lees esto, podrías ser aquella persona de la que hablaba? Aquella a la que esperaba encontrar por las calles de mi ciudad (de tu ciudad, de la nuestra, de la de muchos y de la de nadie a la vez).

Esta vez voy a pasear sola por lugares casi míos pero que no lo son.
Voy a saber que no tengo a nadie en muchisimos kilómetros y que si no me cuido yo voy apañada.
No voy a querer a nadie paseando a mi lado, ni dejándome el euro que me falta para poder comprarme un té con leche en el bar de Triubunal en el que sólo suena Sabina y un viejo que es más feliz que tú y que yo vende puntos de libro hechos por él. Y voy a dejar mi móvil debajo de mi almohada, como si me lo hubiera dejado al despertarme, para que no me moleste nadie.

Quiero saborear esta soledad. Ese saber que no voy a conocer a nadie que me llene, ni a quien le interese.

Al fin y al cabo, un billete sencillo vale un euro. Y eso me basta para llegar al fin del mundo y más allá.

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