17 septiembre 2007

Ojalá de aquí a un tiempo ría cuando lea esto....

He vuelto a "cagarla", aunque creo que no sea realmente esto. Ayer te llamé. Quería saber como estabas. Después de el segundo fin de semana separados, y con un muchísimo más que "acercamiento" la noche del jueves al viernes, he querido aclarar las cosas, como decías que debo hacer. No callármelas porque tenemos confianza y, aunque ahora necesitemos una pausa por mi puta culpa, puedo llamarte y decirte lo que quiera.

Pero una cosa es que me trague mi puto orgullo y acepte que el 99% de los fallos fueron míos, de mi carácter... Y otra que me eches en cara que no soy clara, que ya estoy buscando problemas (obvio si estás acostumbrado a ello que creas que voy a hacer lo mismo)... pero NO ES JUSTO.

Empiezo a pensar que no necesitamos ni una pausa, que no quiero condiciones ni un precio a pagar por nada. Creo que es totalmente normal que aunque debamos estar separados un tiempo no entienda por qué crees que me molestas si me llamas el fin de semana. Empiezo a sentirme totalmente impotente cuando saltas por todo y me hablas como antes, cuando es lo último que quiero que pase, porque has de ver cómo he cambiado, y parece que no lo quieres ver.

Me armo de valor y te digo que no quiero un "Ni contigo pero sin ti" y me dices que si creo eso estás viendo que todo sigue igual... Y yo creo que no.

Ya sólo por el simple hecho de no estar bien, tranquila y contenta porque parece que nos íbamos a dar una oportunidad, debo darme cuenta de que esto no es sano. Que quizá eras la persona de mi vida y te perdí por mi culpa, pero que si antes de arreglar las cosas continuamos como antes (y creo que ya no por mis tonterías) quizá no valga tanto la pena y no debe ser tan verdadero.
Tienes razón: Si has de rogar a alguien que te quiera, mejor piensate si de verdad quieres estar con esa persona que se lo toma como favor y no lo hace porque le sale de dentro.

En nuestro caso el amor no es el problema, son realmente tonterías que han conseguido llevarnos a esta isla desierta que empieza a inundarse.

Y ahora pienso que el día perfecto que fue ese jueves, no es solamente un espejismo, una muestra de que podemos estar de puta madre los dos, para que el dolor que me causa haberlo enviado todo a la mierda dure más tiempo y me deje una cicatriz que no sólo me dolerá los días húmedos, sino toda mi puta vida, cuando sepa que estás con alguien que no ha tenido un puto pasado lleno de cabrones y, por lo tanto, no esté traumada y sepa comprenderte en todo momento y no tenenr una sola discusión contigo. Mentiría si en estos momentos te dijera que me alegraré al saberlo. Y que diga alguien que no te quiero cuando es lo único que sé hacer.

Todo llegará... todo llegará.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Te has parado a pensar cuantas veces has pensado "ésta es la buena, ahora sí"?

Por defecto, tendemos a pensar que lo inmediato es lo definitivo.

Todo llegará...

Bambu dijo...

Pues espero que de verdad llegue, yo estoy algo más desesperada, en mi caso llevo semanas sin hablar con él esperando que llame y ya casi tengo asumido que no lo hará, daría cualquier cosa por tener otra oportunidad.
Suerte!

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